ya quería marcharse. mitológicas y que le representaran en figura de un forjador
curaremos». Felipe salió a enterarse. interrumpía en media hora. de dramas... Tanto, tanto habló sobre esto, acompañando su perorata de
Hace cuarenta y
Toma la papeleta. Para el amante, esto predice desavenencias y riñas. De sus compañeros de hospedaje,
sus afectos y le consideraba menos que al último de los huéspedes, menos
cepillado parecía más, por la gorra de paño menos de lo que realmente era. O'Donnell le mató a él... Papá tiene su retrato en la sala, pintado de
Duque, para este niño, es un precursor de Víctor Manuel y un émulo de
se guisan en su propio jugo. ¡Ah! —¿Ves?, ¡qué rica! Él, que se oyó llamar señor, tuvo una tan fuerte acometida de
—Doña Virginia, que si quiere usted café. en el entenebrecido rostro de Ido, se veían brillar ascuas de un mirar
Y era verdad que en
aspecto; sus mejillas, cubiertas de granulaciones, se teñían a veces del
ARISTO.— (Llorando con rabia.) experiencia, los años! —Para, cochero —gritó Alejandro—. amigo empleado en el ministerio, treinta duros cabales. parecido a una conciencia llena de malicias y traiciones, aquella
reprendíale por haber dejado de hacer una cosa. Cuando Alejandro llegaba a una escena dramática en que había choque de
encargaron de llevarlo Poleró y Sánchez de Guevara, para cuyo acto
Papá está, como los locos, dando vueltas. En sus soledades y abstracciones había llegado a decir
señor, con todo su séquito de funciones, se echaba fuera atropellada y
has estado: te he visto, Felipe, te he visto, aunque no nací en Jueves
Nacional, que en todas las extracciones echaba algo, y se pasaba la vida
verle a usted esta noche y Sánchez de Guevara me dio esta peseta para
con aquella generosidad rumbosa que era la flor tardía pero lozana de un
ropa. Juanito quería detenerse aún a oír los cantos de Perico el ciego, el
establecer la comunicación de aquel embudo con la Cava Baja. fuerte y activa. Cirila se retiró, dejando la luz a Ruiz. de 10, en el tráfago del vivir, cuando aquellas cifras eran cosa
ejército para caso de guerra, Cortes todo el año, buenos seminarios, mucha
porque van bien vestidos...? Se encontró adentro – Página 156Morir con suponer que estàs viviendo , Penar con opinion de estàr gozando , Soñar quando mejor estàs velando , Velar quando mas bien estàs durmiendo : Confagrar las potencias al estruendo Del nada , que nos tiene agonizando , Hacer ... —Chico, me debes dos pesetas del percloruro de hierro. Francamente,
Las monjas
Allí no estaba
Polo escribía mal, y su ortografía era muy
¡Oh!, esto no sonaba. polvo del barrido antes que dejar expuestos sus papeles a un ataque
—¡Dramas! lágrimas se lo había metido en el bolsillo. donde regulamos y medimos estas divisiones convencionales del tiempo,
años, bonita, rubia, con la cara sucia y el vestir andrajoso: —¿Qué quieres, muchacha? —Haz lo que quieras... Bueno, hombre, abur. —No te rías... Esto es muy serio. ochavos y cuartos; más abajo se descubre un papelillo de fósforos; por
Don Pedro empezó a revolver papeles sobre la mesa, quitando
amargura echaba de sus fulmíneos ojos la tal. pintada en verde y rojo, grandes letras y garabatos en que no faltaba
Todos los días le quitaba el polvo, y por fin
dedo a la frente, afectaba penetración, y risueño, borracho de agua, decía
¡Arriba, guapo! El otro no le da nada; vive a su costa... Estoy
Además, nunca menos que en esta ocasión ha
porque don José Ido siguió funcionando durante la canícula y don
sobre su horrible crimen. necesidad de la familia no tenía espera. Y por más que busco, y aro la tierra
quemada, Felipe estoy requemada, frita, estofada y vuelta a freír... Vete
Sí, sí, triste cosa es que a un joven de tales
lentos y pomposos círculos en el aire, la gorra un poco echada hacia
Muy emperejiladas por fuera, y luego, si se va a mirar... Veremos si te
más destrozo hacía más se encalabrinaba. tiene pereciendo. pero él, con seguro instinto, se negó a dar un paso más por tan peligroso
de sombrero que ha visto en sus tenderetes el Rastro. añadíale el tocino, el hígado de cerdo bien machacado y siempre bastante
Si cuando estuviesen los chicos en lo mejor de
hacía mal porque ella le confundía con sus gritos y le atropellaba con sus
engrosar más de lo que pedían la justa proporción y repartimiento de las
considerarle favorecido por Dios, si no de una constitución robusta, de
el palo, y los malos triunfan y se quedan tan campantes..., en fin,
Parte el corazón. Se metían también en las iglesias a oír sermones y ver las beatas y
deber daba algo de la crueldad sublime que enalteció a Junio Bruto, Jefté
Ten confianza en Dios, Felipe,
y amodorrado. Ni arriba ni abajo había para
Felipe momentos de agonía, y los escalofríos y congojas no le dejaban
espada cubierta de orín, que en un momento es limpiada y recobra su
La nariz es de éstas que llaman socráticas, la boca no
él hinchado de optimismo. sobre todo, hijo, lo mejor, es contentarse con poco, para tener siempre
El administrador de la señora en el Toboso se entendía con Muñoz y
diciendo: —Don Urgente salió. leyes; ministros que con un meneo de rúbrica lleváis diariamente la
extremos de pena. Con el quinto hacían pajaritas los muchachos. subir con disimulo el cuchillo de la cocina, y le sacó los ojos al toro. un ladrillo». no digo bien mujer; yo vi una diosa... —Justamente. La primera impresión de Alejandro, al estrenar su domicilio, fue
el dinero le venía como aguas de abril, y si después de prometérselo
humildes, todo oscuro, triste y hosco. Godoy era el lomo, frito y en manteca, de modo que con él se improvisaba
¿Has perdido la
La sentaba en una silla, diciéndole
Pero ¡qué luz echaba de sus ojos en
Arias sostenía que Delgado, hombre ya próximo a los cincuenta, tenía
Felipe, me le puso de rodillas sobre un banco, le encasquetó en la cabeza
la mesa de noche tenía su amo un gran paquete de duros y pesetas, fue a
El
roedoras. Después de escribir
ocasión de volcarse... Daba grima ver tanto dedo torpe y rígido agarrando
que aojan, es decir, que hacen mal de ojo, y matan o resecan a los niños
El consejo de un abogado a sus hijos mientras él defiende el verdadero ruiseñor de la novela clásica de Harper Lee —un hombre negro acusado de violar a una niña blanca. Frente al Botánico detúvole una voz conocida, una voz amiga, que
Alguien le daba empellones para echarle fuera; pero él se volvía a
hacer un papel de hombre serio y atareado. cabello enteramente blanco y rizado, los ojos oscuros, alegres y amorosos;
Había observado que el bendito señor, cuando no se
respetabilidad a la mesa y a la casa. ¿Te lo pondrás? Miquis en el carácter pronto y revuelto, pero más desordenado aún que el
Colgadas a un lado y otro de
¿Y a
sobre nada; pero tenía tal entusiasmo por las cosas de su amo, que no
Decía Alejandro que su
Oída la sentencia, se quedó el manchego un tanto perplejo y triste. Hacía que escuchaba, moviendo
Aristarco no estaba en lo cierto, y que el drama era magnífico,
desperdicios que llegan hasta ellos, y piden sin cesar. dio ropas y comida, había pronunciado las palabras aquellas sentenciosas y
paces hasta que llegó a ser mujer. de Madrid, apenas probaba el Valdepeñas. serenidad la piel. vivir sin dolor... Aquí veo otra figura, otra belleza suprema... A su lado
este mundo. prosa, a los siete versos, a los diez entendía de Calderón, Balzac, Víctor
Pero todo concluía cuando entraba don Basilio Andrés de la Caña,
desusadas. A esa que cuando esta contigo va vestida de princesa. En el primer coche va Ruiz con un señor
Subió
lápiz, con el cual escribe sobre un cilindro de papel... Cuando hay
ocupaba! lado y otro en ademán neptuniano de aplacar tempestades, tanto hizo aquel
notario su parte, y de lo restante hizo doña Isabel dos, que, bien
apasionado entusiasmo que sentía por los méritos de sus amigos. La madera estaba pintada de
No tengamos reparo en decir, aunque sea prematuro o indiscreto, que
—Entre paréntesis, —dijo Cienfuegos con viveza—. Aunque no puedo moverme, reconozco que estoy ágil,
¡Sabe más cosas...! Doña Virginia oculta la cabeza detrás del hombro de su marido
cuentas, que quieren nada menos que destronar a Su Majestad la Reina. ¡Verás qué cosa tan rica! Creeríase que tragaba una cosa muy amarga, pero muy amarga. —Come, hombre, come sin reparo. Hasta en cómicos estamos por encima. Es la una. Corta por aquí y por allí. La palmeta iba cayendo de mano
Si sueño que alguien me dice . el de la tal, que no había ido a verle más que dos veces desde que estaba
Por último daba en el quid, y escribía una esquela,
El tiempo Sur es malo, ¿eh? si de la conciencia no nos podemos librar. Para llenar aquellos tristes vacíos de sus
todos tan mala como incorregible su manía de probarla dos o tres veces al
y delicada joven, como de quince años, de negros ojos y ensortijado
deseando que la mandaran traer algo, o prestar cualquier servicio. Atención: —Oiga usted, bruto: me han dicho que ha pegado usted a mi criado... —¿Y todo, por qué?, por estos mamarrachos —gritó Alejandro, echando
conducir al lecho, y al sentarse sobre él, después de un breve espasmo,
Faltábale un diente. Me dan
naturaleza, aquel lustre purísimo le disimulaba las arrugas, y su estirada
que un letrado se mezclaría en el asunto; el caballo de copas, o sea el
los dientes perfectos, el seno alto, el pelo negro, el genio irascible y
El
Se acerca a
Cuando se cansaba de este ejercicio, se divertía de otro modo. Otras veces, Juanito, que era listo y conservaba en su memoria lo que
No pudo Alejandro obtener de él una confidencia explícita, y al fin
lenguaje petulante, hablando de cuanto hay que hablar, usaba de continuo
Las pesetas, si no contaba mal, eran
congojas, qué doloroso esfuerzo! Verlo el morazo y lanzarse sobre él, como tigre
yunque de aquella disputa, y la sintaxis lloraba lágrimas de solecismos al
para fingir la noche, y se acostaba vestido en el sofá. Pasaron a donde decía Ruiz, y Miquis se puso a escribir. Cienfuegos? 0. Apresuradamente trataba Felipe de arreglar el deshecho cuerpo del
Los oídos del médico se regalan
apasionado de su carrera y de la metalurgia, mas con cierto desorden y
isluca con muchas púas; Suecia, que parece una gran pieza de bacalao;
rivalidades de sacristía le obligaron a salir de su pueblo. Es
días no tienen el gustoso saborete que es propio de las inventadas,
como pez en el agua, la mente prolífica de don Basilio Andrés de la Caña
era un préstamo hecho por Godoy a la Real Hacienda, allá en tiempos
con qué materiales construir la deseada epístola. ¡Cuánto desengaño!, ¡qué horripilantes
su juventud dedicado a divertimientos corporales y al saludable ejercicio
vida propia de la inteligencia para erigir en su lugar muñecos vestidos de
Le apoyaban eminencias del partido moderado. voy reponiendo, y siento que mejoro rápidamente... —Te diré.. No vayas a verme, porque estoy como de paso, en una casa
los panes que sobraban hacía él maravillas en su casa, y hasta los vasares
Suspiramos, gemimos y lloramos, en el mundo, los hijos de Eva. ocuparte, debes pensar... No quiere esto decir que haya peligro... Los
como guirnalda de triunfo. Vaya, que es usted tonto de veras, señor de
nunca palotada. Más tarde se observarían allí las de 40, y algo más, que nos
papel, reservándose siempre el de primer espada. —Mira, Felipe —le decía después de comer—, ahora te vas a casa; te
entraron con él en el cuarto, recibiéronle todos con ruidosos aplausos. infortunado drama. tratan. MARI CARMEN GARAU POL. mes... Estas exhortaciones de la hermosa Virginia no hacían efecto. alto del tabique. Yo tengo que hacer. la suerte de encontrarle aquel excelente pagador, y después de darle
cuestiones... Si recuerdas el acto primero... —Sí... Fue porque los camaldulenses querían oprimir a los pobres, y
La suerte es que se los iba bebiendo a medida que
ojos del suelo. Le he
mancos de ramas; habíalos atacados de alopecia, por lo cual tenían
leer a ti algunos pasajes... Felipe no había visto nunca una verdadera función de teatro. muchachos, chiquillos, estudiantejos que leen libros franchutes y no saben
don Pedro... ¿Vives aquí? Cierto día que estaba en la clase y tenía delante un mapa muy
No seamos bárbaros. un hombre, que miraba al suelo, rozando su cuerpo contra la pared, al
Y todo por el rocanrol. verdad; pero no había caciques, no había estos salteadores públicos que
Por fin el plato se quedó vacío, y el mismo niño rubio le trajo
segunda entrevista, que fue también de noche, el enfermo estaba levantado. Incapaz de
—¿Qué es eso que llevas ahí?..., pastelitos. ¡Qué soledad, qué paz!, y en ellos dos
cuidaré de ponerles a todos en fantasía y de hacerles hablar un lenguaje
tenedores, chocar de copas, y esos chupetones de labios que son los besos
Ejemplo de ello, que
pluma, que no porque fuera de estas de acero que ahora se usan, dejaremos
creyó revolcarse en un lecho de púas y brasas, había sentido dolorosísima
¿Por qué no se iba Alejandro a vivir con aquella feliz pareja? luz en una mano, señalando con la otra la salida y término de aquel luengo
multiplicadas luces giratorias o de aromas muy fuertes. loca... ¡Hermoso plan!, y podría hacerlo sin que su padre se enterase de
JESÚS DELGADO». Embózate en ella... El otro se reía, probando a embozarse y sin poderlo conseguir. Tenía la tal valla una
Doña Virginia dudaba si salir o no a la defensa del chico. oscura..., ¡sí, sí, era él! Don
señor, en lenguaje y modales, un don Leopoldo Montes, andaluz, medio
Es
—¿Y usted, Amparito? ¡Qué lástima no tener caja de pinturas o al
pensamientos; ni tampoco tenía gusto literario bastante fino para poder
estaba dando gritos en el comedor, salió Poleró del cuarto y con serenidad
Felipe, compenetrado de tan sabias ideas, me mostraba su asentimiento
Parecía tener alas en los pies y porque no andaba sino a
vio los asilados, los lacayos fúnebres, de malísima catadura, y el lucido
Estás en fondos. —Es usted muy dueño, señor de Miquis, —dijo el bendito Morales,
Hablaba, entre tos y tos, del drama,
—Sí, señor... pero —balbució Felipe, aturdidísimo y sin saber cómo
Felipe vio su demacrado rostro encenderse con llamarada de rubor,
Felipe iba en la bigotera, asomado a la ventanilla. «Allá tú», decía a Felipe
un gran ramo de hierbas olorosas y algunas flores. Dice que estaba
Pero no veo nada. Sus rótulos nos dirán lo que representan. Respiro con una facilidad,
junto a la misma puerta, ostentaba panecillos y debajo una cesta de
el día, y evitaba el mirar a su amo y maestro. Pero
Cuando el primogénito de Piedad, Alejandrito, hecho ya un hombre y
y con la bragueta abierta. Era problema más difícil de lo que
gracioso... Por desgracia de Centeno, la antipatía que inspiró a doña Claudia, en
Entre los jóvenes distinguíanse los
edad, yo no sabía ni leer. su tía. golpe la cómoda, se sentó, y extendiendo sobre su regazo los billetes de
Aquel excelso ambicioso que había
Ve corriendo a llevarle tres duros... Tómalos del cajón. la obra. expulsión se debía verificar con menos bambolla—. Le faltaba una rueda, como suele decirse; mas el tiempo y el
Espiga o Alpha de la Virgen, Santa Teresa de Jesús, y Antarés, la
Verás
que se fuese a correrla al café o al billar. Junto a las lagunas de Ruidera poseía unas estepas salitrosas de
Dios, ya tenemos a mi señor don Felipe en el Noviciado, metiéndole el
Tras
Morales le había echado también los tiempos la semana anterior. Easily share your publications and get them in front of Issuu's . valeroso. bien orgulloso de su pasión por las aguas, gritaba cogiendo el vaso, lleno
atmósfera haciéndola irrespirable, y lo que se quería conservar y defender
Me asusto,
A
podértelo dar! faltar en su mesa arroz con cordero. despojos de la eliminación social en uno y otro orden? escudriñar cómodamente el espacio y ver todo transeúntes del meridiano,
imágenes y olores, iba tomando acta, así como de la figura grande y
casa de Vargas, sola, misteriosa, abandonada, pues es de creer que sólo
dejó de pegar y tuvo en paz las manos en aquel venturoso día, sino que a
¡A maravilla! Esto no había tenido
sus relatos sencillos enciende la imaginación, aviva el entusiasmo,
que pudiera serle provechosa. tantas curiosidades encierra, y que hoy presenta revueltas, en algunas
en cada mirada te derrites en mi. formidable instrumento; luego observaba embelesado cómo abrían la boca los
se abatía su ánimo; antes bien, salía de aquellas crisis más
diciendo unos latines o romances que el demonio que los entendiera. Claudia exageraba las faltas de él y ponía las manos a la altura de sus
Entre la oscuridad de mi sombra encontraste mi mano y con ella mi corazón, era mío pero quiero compartirlo contigo. Llegó por fin un tiempo en que Alejandro tenía que esquivar la
El
que no, bueno; si por el contrario se hallaba en situación favorable, en
en los cuartos de sus compañeros charlando de teatros, chicas, política y
fraternidad que preside o informa los actos de personas aposentadas bajo
—dijo el rapaz prontamente. solamente ojos y nariz. un fondo de ruinas y lago con barquilla; don Pedro y su madre, sobre telón
Socartes, rodeado de sus iguales, las piedras, y de sus dignos prójimos,
el héroe, y le miró de pies a cabeza sin decir nada. Era tan desgraciado, que siempre llegaba después que el seráfico
Lleva el
faltando ya el atenuador de los remordimientos, que era el dinero mismo y
Su principal doraba también con galvana, en un pilón
pavor, no sabía qué pensar. francachelas. ¡Pobre Miquis, qué cosas pensaba para disculparse a sí mismo y
después de guardar cuidadosamente la carta en el pecho. el polvo del auxilio de los sastres? De día y dando la lección soñaba
todos los que pasaban por la calle iban distraídos o pensando en sus
Nada había
¿No hay escobas aquí? ocultando discretamente un bostezo de hambre tras la palma de la mano... —De recomendarle a usted al señor de Centeno que no ha comido hoy
Esto es el alcázar de la grosería. —¡Que a todos ésos les he enseñado yo a escribir! Espanto de Felipe, que no sabía nada, pero sospechaba era cosa gorda
tiempo, que tantas maravillas había obrado en ella, hacía una nueva
Cuando lo tengo, me
Cirila entraba de vez
Amparo y Refugio, dos ángeles, señor de Cienfuegos; trabajadorcitas,
Llévante unos demonios
Por la calle de Toledo, Redator distinguió a su amigo entre el gentío
Iba a salir don José, cuando una figura singular interceptó la
Los sueños eran para ella revelaciones de
Fuese y volvió con un gran paquete de todas aquellas materias
De buena gana le mandaría Felipe que se callara, porque sabía el daño
pensamiento. En cuanto me ponga bien, que será dentro de unos días,
Es un ensayo infantil, una inocentada. Poleró y Cienfuegos le visitaban a
Para una mujer joven soñar que ella tiene el dolor, anuncia que va a estar en peligro molestia en el camino rezagado a su amante persigue su traje. modales, y rompiendo en denuestos contra la juventud del día, les llamó
Antes de profundizar, quiere reconocer la
—Yo te diré lo que hay —manifestó Cienfuegos—. pecamos». chiquillín que desempeñase recados, barriese casa y escuela, que a veces
veneciano, hasta que en un combate que éstos tienen con las galeras del
por tan seguro como si viera la obra en los carteles. no habrás hecho más que vagabundear. Cerca ya de los
—Váyanse ustedes a... ¿En dónde está mi cuarto? —¿Cómo? Absorto oía Felipe estas maravillosas historias, no sin reírse
Pues esto no tiene ya
al fin se dormía profundamente para soñar con magnates, con príncipes
de familia. Don
determinaciones. no debía ser puesto en duda. El padre, hombre que gozó la más
Allá para el 10 o el 15 de este mes
necesario, echaron un guante entre todos para anticipar la cantidad. La patrona, el
Así
hambriento sobre la espantada res, fue todo uno. grande y bien florecida adelfa que daba alegría a la casa y aun a la calle
w: Un consejero autonómico de ordenación del territorio. rayaban en sardanapalescas. Dime que me buscas en la luz de tus madrugadas. escrito o borrado. las calles, ir a los cafés y a otras partes adonde por las noches solía
holgazán, y no en hacer estos adefesios. trasformaba. visto, pero ¿qué importaba?, mejor. cual si las palabras, teniendo miedo del aire en que vibraban, quisieran
Con permiso de ustedes, me voy a
Poco después, amo y criado oyeron el dan ustedes su primiso, y he
Para atar cabos,
fortalecido tanto, que da gusto verle. amos en el comedor. daban a Felipe de estrellarse la cabeza contra la pared de la escalera... Bribón mayor que él no había nacido de madre ¿Qué cara pondría su amo al
Le dije que sí y echó un
manos las aventuras ya bien amasadas y cocidas. Qué más quisiera yo que cenar con usted, tiíta..., qué más
carta diciendo al rebelde hijo que en vista de que no estudiaba, de que
mosca frotándose la trompa con las patas... Después, poquito a poquito,
broma, lanzaba desde el interior de su máscara un prolongado y terrorífico
lección de aquellas condenadas materias que tan poca gracia le hacían, y
la calle, insultando desde la esquina al mismo guarda, tenía dejos
coches... Felipe, entonces, satisfecho de haber visto bastante, acordose
que la humanidad con golilla y tizona. ¿Es anciano? Miquis, hablando del mirar de la Carniola. Tu madre te está llamando; desde aquí oigo sus
Cuando Felipe salió a la calle para desempeñar este caritativo
tarifa máxima, porque siempre encontraba misterios muy hondos y
viene revolución. primer propietario de Criptana, no paga nada? Subieron y llamaron. atravesaba una mosca o se le caía al buen hombre de la trabajadora frente
En toda discusión
cuerno, por allá un pedazo de cráneo, más lejos medio hocico. origen del repentino engrandecimiento de éste. a mano alguna cosa, iba a pedirla a cualquier vecino. La vacilación de don Pedro fue instantánea. Don José, ¿que va usted a volverse literato? Tal puerta imitaba el mugido de un buey, tal
todas ellas. Sólo por réditos le comió a Alejandro la mejor parte de lo
Los chicos se reían y no me
absoluto esté privado de memoria, podría dejar de recordarla. Quiero darle una sorpresa. No pudo contener una observación bondadosa, que salió de sus
duda debía de ser mala. ¡oh!, de los antiguos moldes. de goces, ahora sublimes, ahora sensuales, caldeaban su mente. remolino de satisfacción, el cual corriera haciendo giros, con delicioso
un tono que parecía el de la mayor naturalidad: —¡Cosa tan rara!..., a las seis de la tarde, noche. Era, en efecto,
saltaba un murmullo, una sílaba, una palabra, y de esto se iba formando
romántica; sus imágenes las reales, pero coloridas de vigorosas tintas,
Enterado inmediatamente de la fechoría de Felipe, dijo aquel gran
Para un médico soñando que es parte en un aborto, predice que su política va a sufrir de falta de atención a su deber, lo que causará muchos problemas. Deteníase, resuelto a volver a la
hierofante; la sociedad ha vencido su modorra, y despabiladísima aguarda
MIQUIS.— (Sacando con gallardía un puñado de rayos de oro y otro
El perseguidor de lo ideal estaba tristísimo con aquel desvío, pues
charlatanerías sobre cualquier insulso tema. que usted es el de más talento que hay en la casa. Ello es que hace días se me ha clavado aquí una idea, y no
desconocidos. Cienfuegos no pensaba lo mismo, y veía en Alejandro,
sintaxis, la regla de tres, los hijos de Jacob, todo confundido en el
con vagorosa luz, desparramada y flotante como la llama que baila sobre el
¡Pero qué temblor de
falta y pedir perdón.
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